Mi querida Big-Bang:

Aviso a los conductores y policías habituales de la M-30: Desactivad vuestros radares. En breve dejaré de ser ese familiar peligro al volante que decide de un volantazo a qué carril se incorpora, justo cuando el carril expira. A lo James Bond.

Aviso a mis amigas: ya podéis concentraros en maquillaje y estilismo, no se me van a pasar por alto ni una arruga, si un michelín, ni una mancha propia de vuestra edad. Aviso a los hombres: os voy a ver venir desde lejos. Se acabaron los errores de enfoque, calibrado y apreciación. Aviso a la humanidad en general: esa rubia tan maja y sociable que os saludaba lo hacía porque pensaba que érais otro. A partir de hoy pienso ser más selectiva.

En un rato me rebanan la córnea y cualquier milagro bíblico parecerá de aficionados, incluyendo la resurrección de Lázaro, de la que siempre tuve serias dudas. Como es la segunda vez, estoy muy chulita. Seré la típica sobrada que se sienta en la sala de espera tranquilizando a los pobres novatos convencidos que de allí salen sin ojos o con alguna tara irreparable. Negativo.

Bueno, algo de eso hay. Si eliges cargarte la miopía, da la bienvenida a la presbicia. Así me lo dijo mi médico, que debe ser medio guapo o eso creo yo, en mi falta de agudeza visual. Yo pensé: mejor la presbi, que se resuelve con unas gafas fashion rojas a mano para situaciones muy concretas (pocas, nunca leo la letra pequeña de nada, así me va).

El reino de las tinieblas en el que vivo toca su fin. Volveré a encontrar la sombrilla en la playa, no como ahora, que hago kilómetros hasta que alguna de mis hijas alerta al socorrista de turno de que a su madre se la ha debido tragar una ola. Volveré a la fila de los mancos del cine aunque, bien pensado, no tengo con quién hacer manitas (eso ya lo resolveremos). Volveré a distinguir especies animales amenazantes, jabalíes y tal, si es que vuelvo a la montaña. Claro que en Asturias hay más vaca que jabalí…

O sea, que igual esto de ver nítido no tiene tanta gracia. Lo mismo el láser me arranca esa vida interior fruto de mi falta de perspectivas circundantes. Es posible que por mirar el mundo como es descuide el cultivo de mi intelectualidad y esa veta espiritual que me labraron las monjas. Mi abuela, que ya sabes que era un crack, solía decirme éso de “para lo que hay que ver…”. Y mira que si tenía razón!

Bueno, la suerte está echada. Drácula sale a la luz, se acabó el glamor de la capa, los colmillos y esas camisas con chorreras. El láser va a matar a la poetisa maldita que me habita. Se acabaron la absenta y el alcohol del mundo de la noche. Seré luz, tomaré zumo de pomelo, cantaré canciones blancas, estilo Mary Poppins. Adios, Tim Burton. Adiós, pintores tenebristas. Tocan tiempos naif, música folk, cojines fosforito de Ikea. Voy a redecorar mi vida. Espero reponerme del shock de contemplar el mundo como es. El hiperrealismo siempre estuvo sobrevalorado. Ay, madre, por qué me meto en estos líos…. By bye, nos vemos ahí fuera