Mi querida Big-Bang:

En mi última nueva serie favorita -Boston Legal, ya sabes- hay diálogos memorables. ¿Por qué fumas?, le pregunta él a su secretaria, una rubia desbaratada, manirrota y nerviosa. “Porque fumar es un lugar al que volver”. La idea del vicio-refugio me atrae. Quizás porque no fumo, quizás porque la estigmatización del fumador le ha quitado todo romanticismo y sex appeal al acto de dar una calada. La persecución te convierte en víctima y el fugitivo en realidad lo que busca es un lugar a donde volver. Un túnel, aunque sea con vistas al abismo. Pura literatura.

En mi serie, además, se practica la amistad con beneficios. O sea, el follamiguismo. Una vez un amigo me propuso ser mi follamigo. Yo me lo tomé como un halago y me apresuré a rechazar su oferta. El hombre, adorable, lo encajó muy bien y nunca más volvimos hablar de asunto. Quizás porque no había TSNR (tensión sexual no resuelta), quizás porque nuestra amistad era un lugar al que volver, pero no donde revolcarse.

Luego está el caso contrario. Un amante que se convierte en amigo. A mi querida S. le pasó. Fue una sola noche, que ella ha ido enriqueciendo en su relato con elementos sospechosamente líricos. Había luna llena, o puede que no, porque se perdieron camino del hotel. Era, pues, noche cerrada. Y esos nervios que acompañan a la primera vez. Iban, cuenta, tejiendo conversaciones que se hacían más deshilachadas según se acercaba el momento. Se habían besado muchas veces. Ella recuerda una cena en un porche, un camino oscuro con paradas y un hotel donde a él ya lo conocían.

Aquel hombre fue importante. Y fugaz. Desapareció, cuenta S., pero nunca se fue del todo. Meses después volvieron a encontrarse besándose en la mejilla. “Sí, ahora éramos amigos, pero con un poso de intimidad que no tengo con mis amigos”. ¿Hay TSNR? Ella duda. “Digamos que prefiero no acercarme demasiado”. O sea, ¿sois follamigos?, quiere saber la cotilla que me habita. “No, pero no me olvido de una noche donde el sexo no fue lo más crucial. Luego me escribió un poema y me llevó por un camino distinto, un paisaje increíble que no sabría situar, pero que me vuelve a la mente en ocasiones. Un lugar a donde volver”.

¿Dónde situar al amante/amigo de una noche? ¿Y al follamigo? Anoto investigar con ahínco al respecto y tal vez comenzar a fumar. Porque amo las persecuciones, los túneles con abismo y esos lugares refugio a donde volver de vez en cuando. Te dejo, que quiero ver otra vez “Cuando Harry encontró a Sally” y tal vez después dar una calada…