-Tú a tu mujer le dices: Me han dado una sola entrada para el fútbol. Es un asunto de negocios…
-Ya, ya…

Dos tipos en el Bristol. Ese templo del gin tonic donde se puede comer con ambiente de cabaret: cortinas granates, tapicería de terciopelo y un espejo gigantesco que quiere ser barroco. Dos tipos mano a mano, tan cerca de mí que no puedo evitar escucharlos. El uno, vestido con traje de El Corte Inglés (un Dustin de hace tres temporadas). El otro, de sport. Lo que me descoloca porque esta parece ser una comida de negocios. El primero, claramente, es el jefe. Al menos, más jefe.

Tienes que impresionarla, que note que eres el más inteligente. Piensa que son tres horas del domingo y que vas a sembrar para recoger…
-En mi país decimos dar para recibir…murmura el otro con acento latinoamericano (¿Venezuela? apunto en mi moleskine poco convencida)
-Justo, lo has pillado! enfatiza Mr.Dustin como si su partenaire hubiera inventado la pólvora in situ.

Y se inclina hacia él más allá de lo que recomienda el decoro social para seguir dándole instrucciones.

-Por la mañana, la llevas a un museo. Entérate de lo que le gusta. Si es Van Gogh pues..
-Entonces, ¡al Prado! se atreve el hombrecillo, envalentonado por su último acierto.
-No, creo que está en el Thyssen. Un museo muy bonito con mucho colorido…

Aquí me entra la risa floja y me aferro al teléfono como al salvavidas del Titanic. Lástima no haber pedido un gin. No eran horas… Afino el oído.

Tú debes parecer inteligente, insiste (yo me ofendería con tanta insistencia, pero el otro parece abrumado por la responsabilidad de su misión y no llega a más). Apréndete datos sobre los cuadros que sueltes descuidadamente, no como un guía de museo. Por ejemplo, si veis “La rendición de Breda”, coméntale que también es conocido como “Las Lanzas”.
-Ah, ya…
-Tienes una oportunidad el domingo, tú verás si quieres aprovecharla o no. Pero, sobre todo, a la mujer y a la niña no las lleves, ni hables de ellas.

Dos tontos muy tontos.Jim Carrey

“Así se hacen los grandes negocios, chavalote”, termina Mefistófeles con aires de ser un Steve Jobs de los contactos. Un Ripley con escaso talento y demasiado tergal en la camisa.

Doy gracias al cielo por este espectáculo gratis de marcapaquetismo barato. Me pregunto a qué se dedicará Mr.Dustin. ¿Coches de segunda mano? Me pregunto a qué mujer le van a dar una lección pacata de arte de primero de la ESO. Me pregunto por qué no habré reparado en el “colorido” del Thyssen como rasgo fundamental de ese museo que amo. Me pregunto por qué dos tontos tan tontos se van tan aprisa, con lo bien que me lo estaba pasando y el bochorno que me invadía entre su charla y el terciopelo de mi sofá.

“La vida es una caja de bombones”, que diría Forrest Gump. Un genio.