A veces el estómago se revela y amenaza con excapar, con x, hasta la boca. Tú te pasas todo el día poniendo compuertas para evitarlo el bómito -con b, de burra- pero es lo mismo que tratar de contener al toro que avanza furioso por el callejón hasta la plaza en los San Fermines. Un torrente incontenible.

Hay sábados excatológicos que siguen a viernes de gloria. La Iglesia católica domina bien los ciclos de sangre y resurección. Las resacas son lo mismo, pero no te santifican. Tres padres nuestros y un avemaría. Ya esperar que San Pablo, pongamos, se persone con una jeringa de Primperán. Agua bendita. Salvífica. Y vuelta a los preceptos de la catequesis: examen de conciencia (pútrida, como esas arcadas agrias) dolor de los pecados (¿qué pecado, con ese cuerpo?), propósito de enmienda (gin tonic, vade retro), decir los pecados al confesor (en ello estaba) y cumplir la penitencia (un día soleado metida en casa, tachado del calendario, a dieta de Acuarius y de pensamientos lúcidos).

Algunas frases de esa noche deshilachada y feliz:

-No sólo de Barroco vive el hombre.

-¿Amigas desde el colegio? Sí, pero terminamos hace poco, como puedes comprobar por nuestros cutis.

-Tu amigo R. está bien bueno. Ahora me dirás que es gay, como todos…

-¿Quieres hombres que te hagan preguntas? Pues te diré que las mujeres tampoco preguntan. Nosotros tenemos las mismas carencias…
-¿El egocentrismo no entiende de sexos?
-¡Eso!
-Pues que les den. A ellos y a ellas.

-¡¡¡¡¡Ese tío me ha agarrado por los pelos del pecho!!!!!!

-Creo que tú eres la mujer que yo estaba buscando… Tienes cabeza, estás buena…

-Este tío no me deja en paz. ¿Es de fiar?
-Yo respondo del otro, que es mi amigo. A este lo he conocido hace un rato. La confianza no entiende de propiedad transitiva.

-¿Qué pinta aquí el hombre tic-tac?
-Ni idea, los ex de C. siempre vuelven, como los cadáveres mal enterrados.

-¿Pero tú no tenías una novia el otro día?
-¿Novia? No. Digamos que es un experimento.

-¿Sabes que sólo hay mariposas verdes como la de tu colgante en una región de Colombia?
-Ni idea. Lo compré sin certificado de trazabilidad.

-Chicas, sois las mejores amigas que hubiera podido desear en cuatro reencarnaciones.
-Es verdad. Pero deja ya de beber, por dios bendito.

Mis amigas de la universidad y yo misma quisimos celebrar la amistad en tiempos de zozobra. Más de veinte años nos contemplan, cuarenta con algunas de ellas. El pupitre en parvulitas, la señorita Gloria ayudándonos a abrochar el baby. No pretendíamos hacer un panegírico de la nostalgia, sino recordar que cuando todo alrededor parece tambalearse hay que agarrar bien el tablón que flota: la familia -si es bien avenida- los amigos. Y meterse un chute de Carpe Diem. Y bailárselo todo y más.

A la mañana siguiente hubo recuento de bajas. Dolor de pies. Cuerpo de escombro. Pérdida de una mariposa.

Pero la orquesta no dejó de tocar ni un segundo. Y San Primperán hizo el resto.