Soy A. Esta noche he soñado con vosotras. Y lo he tomado como una señal. Era un sueño estúpido en el que no pasaba nada. Así que tiene que significar algo”.

Ayer tres amigas del colegio recibimos este wasap por la mañana. La remitente es muy querida pero apenas nos vemos. Otra lo fue, retomamos y nos perdimos de nuevo en la jungla de las dudas, pero una foto suya preside mi salón y cuando hay tormenta o marejada de libros siempre la veo a ella. Creo, me parece,  que seguimos mirándonos por el rabillo del ojo. La tercera nunca ha dejado de estar, nos vemos a menudo, este año hemos veraneado pegadas y hace pocos días me rescató de las garras de un ciclón y me llevó en volandas por las calles de Madrid.

No creo demasiado en la interpretación de los sueños, pero sí en que las personas van y vienen por alguna causa que a veces no se explica, hasta que pasa el tiempo, puede que mucho tiempo, y un buen día las piezas del puzzle encajan y te brindan la explicación. Ah, era eso.

Todos tenemos un cementerio de personas que fueron y ya no son. A veces es sólo un purgatorio donde deben pasar el tiempo prudencial hasta que ya no duelan. Divorciarse de un amigo es más difícil que de una pareja. No hay rituales prediseñados. No hay una fórmula para comunicarlo ni se firman papeles a la salida de un juzgado. La mayoría de las veces se instala el silencio y se deja que pasen las horas, los días, hasta que el tiempo desvanece la pintura y hay un día en el que ya no piensas en él o en ella.

No se habla del duelo en la amistad. De los ex con los que no te acostaste pero a quienes confiaste tu intimidad sin barreras. Esa cercanía que a veces es más próxima que la de la piel y que deja un hueco grande cuando se pierde. ¿Dónde va a parar ese fantasma? ¿No sos vos, soy yo? ¿Qué hacer cuando descubres que el cariño venía intoxicado, como un mal pez? ¿Borrar los mails, las fotos, las dedicatorias de los libros?

El wasap de A. me ha hecho pensar sobre esto. Me parece útil, urgente y necesario inventar un manual de despedidas para amigos que dejan de serlo, o se transforman. No se puede desaparecer a las personas salvo que te gusten los espectros que se te aparecen cuando menos te lo esperas. Admito sugerencias. Invoco a los inventores de neologismos. Espero que alguien improvise un responso que permita descansar en paz a tantas almas. Y sí, querida A. Cenaré contigo y con quien se apunte en la fecha que sugieres. Nunca digo que no a una propuesta tan excitante y fantasmal.