Sadomasoquismo

Cada día arranco de los periódicos esas noticias que no tengo tiempo de leer pero me provocan curiosidad. A veces terminan en un rincón, abandonadas a su suerte. Otras en una carpetilla que puedo no mirar durante meses. Hasta que la miro y lo que veo vuelve a excitarme.

Carta de Christine Lagarde a Sarkozy, publicada en junio de 2013. Titular: “Estoy a tu lado para servirte. Utilízame”. (Oferta de cortesana a rey, pensé, y arranqué la página asombrada de que la imponente directora del FMI utlizara un tono tan servil. “Utilízame mientras te convenga y convenga a tu proyecto y a tu casting…Te necesito como guía y apoyo. Sin tu guía podría ser ineficaz. Sin tu apoyo podría ser poco creíble”.

La dama de los bolsos de Hermès se echaba al barro y lo dejaba por escrito. Horreur.

El siguiente recorte es una contra de La Vanguardia.  La entrevista deVíctor-M Amela -un tipo ingenioso y parecido a Juan Tamariz con el que más de una noche de premio Planeta hemos terminado quemando la pista, él sin zapatos, yo sin resuello- a un tal Charles Fombrun, fundador del Instituto de la Reputación, físico, liberal y católico. Titular: “La reputación es la fuerza que mueve el mundo”.

Lagarde y DSK

(¿La reputación de Lagarde se despeñó al desvelarse el contenido de sus cartas a Sarko o por la sospecha de abuso de autoridad cuando era ministra de Economía? ¿El servil suele mostrarse déspota con otros para compensar su indignidad? ¿Es esta la raíz del sadomasoquismo? ¿A todos los directores del Bajo Fondo Monetario Internacional  les da por lo mismo? ¿Hubo sexo consentido entre Lagarde, obsequiosa, y el tigre Sarkozy? ¿O un menage a trois con DSK?)

Dominique Strauss-Kahn perdió su reputación por los burdeles, pero no ha dejado de tener mujeres al retortero que gimen “utilízame”. Las reputaciones, buenas o malas, llegan para quedarse pero a menudo se volatilizan. En contra de las leyes de la física, se crean, se destruyen, se transforman. ¿Que DSK sea un salido lo incapacita para gestionar una institución de alcance global o sólo para registrarse en hoteles con camareras incautas y pobres? ¿El sexo gana a la política? ¿Eres más lo que expresas en la cama o en la mesa presidencial de un consejo de administración?

La reputación, sostiene Charles Fombrun,  es la fuerza que mueve el mundo, porque es convertible en influencia y dinero (¿el moderno I+D?). Los bancos, los políticos y las empresas farmaceúticas andan escasos de este valor. Los republicanos han colapsado la administración Obama para dejar al presidente en pelotas frente a una Estatua de la Libertad sin turistas que ha dado la vuelta al mundo en los Telediarios. Un ataque con drones a Siria no hubiera sido tan letal, imaginamos.

Termino ya, acuciada por la necesidad de revisar mi reputación.  Si soy lo que escribo el enemigo podría estar al acecho. Unas líneas de acá y otras de allá y seré condenada al foso de los leones. A compartir las llamas del fuego eterno con Christine Lagarde, la imperturbable. Espero que al menos ella comparta conmigo su espectacular colección de bolsos para construir una muralla que nos proteja de los embates eróticos del cerdo DSK antes de que se lo lleven a presidir el consejo de Administración de una empresa sita en Luxemburgo. Como si nada hubiese pasado.