Mi querida Big-Bang:

Saca el bote de las pastillacas porque últimamente me atrae más la ficción que el real life. Creo que estoy desarrollando una fobia a los aconteceres del mundo que debo hacerme mirar. Encuentro que hasta mi emisora amiga me atosiga con dramas, amenazas y predicciones catastrofistas, y cuando ya me ha sacudido bien, va y me mete a los líderes políticos en campaña. El electoralismo perjudica seriamente a la salud, pero como no te lo sirven en un paquete con celofán, la OMS no ha dispuesto una pegatina con la amenaza:”mis discursos pueden matar”.

Punto número uno: estos señores deberían saber lo que es la discordancia verbal. Punto número dos: deberían saber que algunos entramos en brote psicótico cuando nos gritan. Punto número tres:teñirse las canas no es suficiente. Si eres un líder poco carismático, qué menos que hacerte un completo tratamiento Thermage ( www.thermage.com/) para vencer la flaccidez de piel y cerebro. Y punto número cuatro: las inauguraciones de edificios inconclusos las carga el diablo. Cada vez que veo a esa señora cortar la cinta en un hospital, me imagino a un paciente electrocutado por derivación eléctrica del TAC.

Olvídate, esta irritación no se pasa con Almax. Los jugos que segrego son más modelo Alien, el octavo pasajero chungo, y después de un chute de Telediario no puedo soportar más singermornings ni llamadas de mi madre. Aunque la pobre sólo quiera saber si me he comido las torrijas que me llevó por la mañana.

Por suerte, mi amiga A-1 está al quite. “Tengo asco vital. Todo el mundo, menos tú, me cae fatal”. Y ella: “¿pero más los hombres o las mujeres?”. Y yo: “en realidad, los tontos. Me quedo con Buenafuente, con Lorry Moore, hasta con Fernandito el subnormal de mi barrio, con…”. La pobre, al otro lado del teléfono,no da crédito, incluso cuando le brindo un consejo que no viene a cuento:

-Sobre todo, es fundamental que no abandonen la cabina. Lo dice mi amiga O., que se hizo un tratamiento drenaje linfático y la estheticien se piró dejándola con unas fundas de compresión de los muslos que oprimían in crescendo. La pobre pensó que se le iban a gangrenar las piernas, con sus celulitis included, pero nadie acudió a sus llamadas de socorro.

-¿Y a qué viene esto, guapina?, me pregunta A-1 en tono suave, como se le hace a los locos.
-A que estoy a punto de convertirme en activista de Charles Manson, y siento que mi cuerpo no puede con más electoralismo barato, y detesto a los que se solidarizan con Japón pero no mueven un músculo por Afganistán, y mi hija adolescente me ha mangado un vestido hace un mes y no me lo devuelve, y…

Lo dicho, prepara el botiquín anti intolerancia o los de la Liga del Rifle, el Tea Party y Sarah Palin te van a parecer unos buenrollistas a mi lado.